La fotógrafa eslovaca María Svarbova, nacida en 1988, estudió restauración y arqueología pero pronto se decantó por la fotografía como medio de expresión artística.Desde 2014 María está desarrollando su serie de fotografías titulada Swimming Pools.
En esta serie sus modelos posan en complejos deportivos y piscinas, la mayoría de ellas construidas en la época soviética.
Su fascinación por el espacio de la piscina pública y la belleza fría y geométrica de estas viejas instalaciones de la época comunista se refleja en cada una de sus fotografías. María dice que su inspiración le vino gracias a la rígida arquitectura de su piscina local en Eslovaquia, un edificio de ochenta años que fue construido cuando la natación era más un deber social que un deporte, llena de azulejos blancos y con carteles de «No Bucear». A María le sorprendía especialmente en esta piscina de su infancia la calma del agua y sus reflejos como espejos. Y también la cantidad de carteles indicando lo que se podía hacer o no, algo que le pareció especialmente llamativo en un lugar diseñado precisamente para la práctica de ejercicios.
Sus obras tienen a la vez un aire retro pero con evocaciones futuristas, como si transcurrieran en un lugar completamente fuera del tiempo.
Los escenarios que utiliza para estas fotografías son casi cinematográficos. María crea una atmósfera onírica, con una fría composición frontal y sin contrastes en las que las personas parecen casi un objeto más. No hay emoción, no hay individualidad, los individuos parecen autómatas en un mundo frío, sus modelos, vestidas con llamativos bañadores y gorros de baño parecen estar congeladas, como maniquíes.
De alguna manera la contemplación de fotografías, de indudable pero inquietante belleza, nos invita a la reflexión sobre la sociedad y el papel del individuo en ella.